miércoles, 6 de febrero de 2008

Una vuelta por las Anécdotas del Domingo

Fue en una esquina de Urdaneta y Junín, en mi querida Guayaquil. Al voltear una esquina me encontré cara a cara con uno de mis amigos más entrañables: Otón Chávez Pazmiño, a la sazón editor de Deportes de El Universo, el mayor diario ecuatoriano. "Qué pasó, hermano. Vas a hacer la columna o no" me lanzó de primera sin dejar que el balón diera un bote. Ocurre que Otón venía insinuándome hacer una columna que saliera los domingos en El Universo sobre historia deportiva. Yo le había propuesto que aparte de ser histórica, fuera también anecdótica. Pero las obligaciones de trabajo me dejaban poco tiempo, lo que me impulsaba a hacerle un "dribbling" no tan bueno como los que dibujaba Otón en el césped del Capwell cuando jugaba en Emelec y en Favorita al lado de un mago: "Patita" Estrella.
El asunto no daba para más postergaciones y le prometí que antes de 48 horas iba a enviarle el material. Me puse a hurgar en los cientos de cuadernos y el millar de fotografías antiguas que guardaba después de pasar muchas horas revisando periódicos y revistas viejas en la Biblioteca Municipal de Guayaquil, alentado en aquellos tiempos por mis dos maestros del periodismo: Miguel Roque Salcedo y Manuel "Chicken" Palacios.
Mi afición por la investigación histórica nació un 27 de marzo de 1963 cuando acudí a una celebración programa en la Piscina Olímpica por Chicken en homenaje a los actores de la Hazaña de Lima. Cuatro nadadores habían conquistado en 1938, en la Piscina Municipal de la capital peruana, el título de campeón sudamericano para Ecuador, derrotando a equipos completos de países con amplia experiencia olímpica, mientras los nuestros apenas si habían competido en el río Guayas o en El Salado y en la Piscina del Malecón, antirreglamentaria, pues tenía 30 metros. Nada ha habido ni habrá más grande que eso y se llamó Hazaña porque nadie pensó que una victoria con cuatro nadadores y participando sólo en estilo libre, fuera posible.
Lo que aquella noche contaron Luís Alcívar, Carlos Luís y Abel Gilbert y Ricardo Planas, más sus mentores Jacobo Nahon y Arduino Tomassi, despertaron en mi la curiosidad por el ayer deportivo guayaquileño y me sumergí por miles de horas en los diarios de antaño.
Otón quería que yo publicara aquello que había coleccionado con tanto esfuerzo. Y acepté por varias razones. La primera de ellas, mi amor inconmensurable por mi ciudad y por su deporte. Luego, mi amistad sin límites con Otón, y, finalmente, por mi gratitud hacia El Universo, el diario que un día me abrió su sala de redacción y me ayudó a descubrir mi verdadera vocación.
El progreso tecnológico me permite realizar una resurrección de las Anécdotas del Domingo que marcaron un hito en el periodismo deportivo porteño. En este blog las verán cada semana en el orden en que fueron apareciendo. Espero que sean de su agrado, como lo fueron en muchas personas cuando salían en El Universo. Seguro, ese sí, que en 2008 las Anécdotas saldrán en un libro como homenaje a Guayaquil en una hora en que debemos mostrar, más que nunca, nuestra férrea adhesión espiritual a la ciudad amenazada por un odio matricida.
Con el mayor de los placeres, les brindo estas Anécdotas del Domingo.
Ricardo Vasconcellos Rosado

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Apreciado Ricardo,me siento muy contento de tener esos datos deportivos-históricos,muy dignos de recordar...Como son de mi tiempo mejor aún;son como "flash" para mi memoria,ya que los conocí y a veces los viví tambien....Mis más sinceras felicitaciones,por esos grandes momentos que puedo volver a vivir...Siempre tu amigo
Conaviro,compañeros de la Univer.

Xavier Villegas dijo...

Estimado Ricardo: Desdee que leí tu trabajo en referencia a los 4 Mosqueteros del Guayas, me convertí en tu asiduo lector; es por eso que hoy me congratulo y te felicito por tan brillante iniciativa; espero que nos sigas deleitando con tus fabulosas anécdotas y con tu insuperable estilo.
Tu amigo de siempre.
XAVIER
12 de febrero del 2008