martes, 13 de enero de 2009

Norte: de La Concordia al Capwell

Por las series inferiores, como un fantasma ilustre viviendo el recuerdo de sus épocas de grandeza, trajina hoy el glorioso Norteamérica que acaba de cumplir 74 años. El 16 de julio de 1916 lo fundó un grupo de trabajadores de la Fábrica Nacional de Calzado y eligió presidente a Angel Torres M. Pronto resolvieron pactar un encuentro con el recién fundado equipo “Comercio”, cuya base estaba en la bomba del mismo nombre en la Avenida Olmedo. El resultado fue catastrófico para los nortinos en los goles pero beneficioso para el progreso del club, pues ambas entidades se fusionaron y así el Norte pasó del Astillero a la Avenida Olmedo, en donde sentó raíces y empezó a meterse en el alma popular por la pujanza e amor a los colores que ponían sus hombres, entre los que se puede nombrar a Aurelio Herrera, Samuel “Petita” Torres, Pedro Chica, Genaro Diéguez, Guillermo “ Muñeco” Ycaza, Guillermo Baquerizo, Julio Balladares, Gonzalo Maldonado (capitán del equipo), Jacinto Ochoa, Pedro “Zambo” Merizalde, Pedro Torres Cruz, Samuel Jaramillo y Vicente Quinteros.

El primer momento de grandeza de los nortinos vino en 1921 cuando el team se clasificó campeón venciendo a grandes equipos de la talla de Baquedano, Centenario, Eloy Alfaro, Córdova, Sucre y algunos más. Ya estaba en aquella época formado el equipo ideal: Manuel “Bienvenida” Cortez; “Muñeco” Ycaza y “Petita” Torres; Francisco “Mondongo” Arámbulo, “Flaco” Diéguez y Oscar “Chaleco” Cantos; Francisco “Pancho chico” Rodríguez, Raymundo Ycaza, Pedro Merizalde, Antonio “Mojarra” Torres y Guillermo Baquerizo. Esa fue la alineación que empató en el tiempo reglamentario con los ingleses del Cambrian el 17 de diciembre de 1921 y que aceptó jugar 30 minutos más, pese a tener un hombre menos, para recibir un gol de agonía de los marinos visitantes que quedaron asombrados del poderío y buen jugar de los nortinos. No le fueron propicios los años siguientes hasta 1934 en que volvió por sus fueros e inició una era de grandeza en 1947. Por los años 30 fuera la era dorada del famoso “capitán” José Abdón Egas, toda una institución en la leyenda nortina, y de José Bernardino Marmolejo, pequeño jugador al que apodaban “Cambrian”.

Norte fue campeón en 1947 con un lujoso plantel en que destacaban José “Caimán” Muñoz, Carlos “Pibe” Sánchez que fue a Barcelona un año después, Altamirano, Cepeda, el “Huevero” Silva, Zapata, Galo “Papota” Torres, Carlos Peralta, Víctor “Venado” Arteaga, Enrique ‘Maestro Raymondi, “Tayiyo” Salinas, José y Jorge Egas, Víctor Lindor, Bolívar “Colorilla” Andrade y otros cracks que propiciaron el nacimiento de un mote original para el equipo albo: “El que jamás tembló”. En 1949 repitió el título de campeón del fútbol de Guayaquil y en el primer año del profesionalismo quedó en último lugar. Debió jugar la promoción con Valdez, el equipo milagreño que no lo pudo vencer. Cuando nadie daba un céntimo por el equipo, los dirigentes incorporaron a Alfredo Bonnard y le dieron la alternativa a Luís “Patón” Alvarado, Gerónimo Gando, Rigoberto Reyes, Héctor Macías, Raúl Pío de la Torre y Orlando Zambrano. Se formó un cuadrazo que barrió a todos a base de criollismo, valentía y clase y fue campeón en 1952. Ese año derrotó a Deportivo Pereira y protagonizó el mejor partido de la temporada ante Emelec un 6 de septiembre. En un juego de alternativas increíbles venció a los “eléctricos” por 5 a 4. En 1954 todavía quedaban rezagos del gran equipo y consiguió victorias ante Palestino y Universidad Católica de Chile. Se fue de la serie de honor en 1956 y volvió en 1961 encabezado por un ídolo y leyenda del fútbol criollo, el formidable “Cholo” Fortunato Chalén, y otros grandes jugadores como Víctor Quevedo, Ulbio Camba, Tomás Egas, Manuel “Chamo” Flores, Simón Rangel, Paco Rangel, Guillermo “Pelado” Medina, Sornoza, el “Marinero” Cobos, “Perico” Guzmán, Wilfredo de la Torre y Nicanor Fernández. Fue su última gran época.

El momento más glorioso de Norte ocurrió el 17 de diciembre de 1952 cuando enfrentó a la “Academia del Fútbol”: Racing Club de Argentina, vicecampeón de su país, con un lleno total en el Estadio Capwell. Los de Avellaneda alinearon con Grissetti; Pedro Dellacha y Vicini; Giménez, Rastelli y “Palito” Balay; Gagliardo, Pizzutti, Cupo, Cipolla y Ezra Sued. Los porteños pusieron a Bonnard; Alvarado y Rodolfo Bores; Zambrano, Reyes (Jorge Caruso) y Rodolfo Salatino (Reyes); Arteaga, Daniel “Pata de chivo” Pinto, Felipe Leyton (Isidro Matute), Jorge Otoya (Hortensio “Patrullero” González) y Raúl Pío de la Torre. A los 48 minutos Raúl Pío abrió el marcador y a los 55 “Patrullero” aumentó la cuenta con un cabezazo espectacular. Había delirio en las tribunas cuando Raúl Pío, vivaracho como siempre, le robó una pelota a Pedro Dellacha y puso el tercero. Fue un show magistral de los nortinos y el descuento de Rastelli no paró la fiesta. Norte venció por 3 a 1 y en el centro del campo los argentinos felicitaron a los jugadores albos. Al día siguiente, la pluma magistral del maestro del periodismo, Miguel Roque Salcedo, produjo en El Universo un emotivo artículo titulado “De La Concordia al Capwell” que decía al final: “!Norteamérica, criollísimo equipo con nombre gringo! Frente al Racing de Avellaneda venciste con prestancia de campeón. ¡Del Cambrian al Racing! ¡De La Concordia al Capwell! ¡Encarnación del alma criolla! ¡Símbolo de un pueblo pujante y bravío! Para premiar su victoria sobre Racing no fueron necesarios los petardos: el latido poderoso del corazón guayaquileño llenó todo el estadio”. Resulta imposible recordar sin emoción al Norte que fue, al ídolo del pueblo, al inolvidable equipo “que jamás tembló”.
(Julio 8 de 1990)

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