miércoles, 26 de marzo de 2008

Orenses en el fútbol guayaquileño



Hace algunos días tuvimos oportunidad de escuchar por el popular programa “El domingo mando yo” del gordo Arístides Castro a un apreciado amigo y colega, el abogado Luís Alberto León, ex alcalde de Machala, quien se refería elogiosamente a esta columna, lo cual agradecemos. Muchas cosas del fútbol de Machala y Guayaquil recordó nuestro compañero de aulas universitarias Luís Alberto y en las semanas venideras nos referiremos a algunas de ellas. Lo más saliente de su bella evocación se refirió al viejo Audaz Octubrino donde nuestro amigo fue figura, lo cual es una sorpresa para nosotros. Y lo oímos relatar un gol de su cosecha fabricado junto a Alberto Spencer, quien, a inicios de su carrera, iba a Machala para jugar en el Audaz junto a otros cracks del balompié porteño como Carlos y Víctor Garzón y el recordado jugador de Chacarita Agustín “Barredora” Rodríguez.

Las relaciones entre el deporte orense y el guayaquileño están muy atrás en la historia. Desde cuando vino de la provincia sureña Francisco Serrano para convertirse en una estrella del fútbol porteño. Serrano fue un gran arquero que defendió la puerta del querido Sporting Packard en la primera confrontación internacional oficial del balompié nacional cuando los rojos se midieron con el Arturo Prat, campeón de Valparaíso, Chile, el 8 de octubre de 1926, en el Campo Deportivo Municipal, más tarde Estadio Guayaquil, en la zona conocida como Puerto Duarte, ubicada en donde hoy se halla el Estadio Ramón Unamuno y otros escenarios deportivos. Por muchos años el orense Serrano disputó el honor de ser considerado el mejor guardameta nacional con Raymundo Ycaza y Reinaldo Murrieta. En el partido que hoy recordamos el Packard alineó a Serrano; Luís “Cabeza Mágica” Garzón y Arditto; Encarnación Solís, Julio Foyaín y Ramón Unamuno; el “Mocho” Conforme, Navarrete, Vélez, Alberto Garzón y Octavio “Abejón” Quiñónez.

En mayo de 1927 se fundó la Federación Deportiva de El Oro promovida por el coronel Alejandro Solís, gobernador de la provincia, y se eligió como primer presidente al comandante Eloy Proaño. Para la época se jugaba fútbol en la cancha machaleña de la Avenida Municipal. El 24 de mayo de 1927 se realizó el primer encuentro controlado por la Federación entre los equipos “Guayas” y “Colón” y venció éste por 1 a 0. Entre los aplausos del público, el capitán del Colón, Salvador Arcalle, recibió una medalla de plata donada por doña Corsina de Contreras.

Para 1931, bajo la presidencia de Rafael González Rubio, la Federación Deportiva de El Oro terminaba su estadio. El 23 de septiembre de ese año se inauguró el escenario con la presencia de la Reina del Deporte, Isabel Neira Valdivieso, quien tuvo como rival a Nieves Sánchez, de Arenillas. Norteamérica, de Guayaquil, se midió con la selección de Machala que alineaba a Tamayo, Minuche, Guillén, Zurita, Cruz, Eras, Béjar, Franco. Gilbert, Fernández y Durán. Arbitró e; encuentro Francisco Serrano, ya retirado como arquero. La reina Isabel I fue proclamada esa misma noche en el Teatro Municipal en una gran velada en que los estudiantes guayaquileños de medicina pusieron en escena la comedia “Doctor Cavallof”, mereciendo aplausos los actores Jorge Higgins Jaramillo y Mauro Ignacio Madero.

El más grande aporte del fútbol orense al guayaquileño se produjo en 1946 cuando apareció en nuestras canchas un hombre que es símbolo de la una época bravía” “El cholo” Sigifredo Agapito Chuchuca Suárez, nativo de Buenavista. Chuchuca se hizo futbolista durante el servicio militar conducido con mano de hierro por el suboficial Cerón. Jugaba en el equipo de su reparto y el suboficial le puso quince días de arresto por haberse “comido” varios goles ante un arquero al que apodaban “Caballote”. Cuando iba a jugar ante el Wanderers el suboficial lo dejó salir pero le advirtió que si no metía al menos dos goles se iba quince días más al calabozo. Sigifredo hizo tres goles y alcanzó fama en su provincia. Cuando vino a Guayaquil a vivir en el Barrio Garay, su amigo Wacho Mendieta lo llevó a Barcelona que estaba juntando gente. Jugaba de interior derecho al principio pero sus condiciones lo llevaron a ser piloto de ataque. Debutó internacionalmente en 1947 ante América de Cali y en 1949 fue titular del ataque nacional en el Sudamericano de Río de Janeiro. Formó junto a José Jiménez o el “Mocho” Rodríguez, Enrique Cantos, José “Pelusa” Vargas y Guido Andrade el inolvidable “Quinteto de Oro”, una de las más celebradas delanteras de la historia de nuestro fútbol.
(Abril 1 de 1990)

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