jueves, 7 de febrero de 2008

Técnicos y jóvenes figuras


Investigando, rebuscando en los diarios antiguos los antecedentes del deporte guayaquileño encontramos un hecho que hoy es curioso: las crónicas hablan siempre de los jugadores, sus goles, sus anécdotas. No hay palabras para los entrenadores. Resulta difícil saber quién preparaba a los equipos. No hay fotos ni entrevistas para los directores técnicos. Ni siquiera se sabe si existían y lo más probable es que no existieran habida cuenta que la tendencia en todo el mundo, en aquellos años, era que el capitán del equipo escogiera a los jugadores y sus posiciones. Aún en las primeras épocas del profesionalismo (a partir de 1951) aparecen muy poco. Y conste que en aquella época dirigían los clubes figuras legendarias como Gregorio Esperón, Jorge Muñoz Medina, Carlos Orlandelli, Alfonso Suárez Rizzo, el español Servando López, entre otros.
Rómulo Gómez y Jaime Galarza

¿En qué época empezaron a desplazar los directores técnicos a los jugadores del interés periodístico? ¿Cuándo fue que los “estrategas” se convirtieron en las “vedettes” del espectáculo? Lo de espectáculo es un decir porque hace mucho tiempo que los famosos DT dispusieron que el fútbol se fuera de las canchas en beneficio del “resultado”, extraña filosofía que se llevó al público de los campos de juego.


Boca Juniors acababa de consagrarse campeón argentino en 1969 y su DT, Alfredo Di Stefano, fue preguntado por el periodista argentino Julio César Pasquato (Juvenal) sobre qué porcentaje se atribuía en el éxito del equipo. “Una doceava parte” contestó el ex
crack de River Plate, Millonarios y Real Madrid.


La sincera postura de Di Stefano ratifica lo que alguna vez dijo otro ex jugador y hoy entrenador, Carlos Timoteo Griguol: “Todo empieza en el talento del jugador. Lo demás es un proceso de enriquecimiento: movimientos colectivos, marcas, saltos, remate. Para esto hace falta jugadores y material..”.


Otros fueron más radicales. El recordado Argentino Geronazzo, para graficar la importancia decisiva del jugador talentoso y hábil, declaró: ‘Cuando en un equipo hay un porcentaje superior al 30% de bobos, ese equipo no puede andar bien”. Y otro famoso, Hugo Gatti, fue más terminante: “El fútbol tiene hoy directores técnicos, pero no tiene personajes dentro de las canchas…Cuando empieza el partido, terminan los técnicos. Esto lo dije toda mi vida”


El Gráfico número 3168 de junio 24 de 1980 tuvo frases que resultan decisivas en este asunto de los DT: “Desde que aparecieron en el fútbol los directores técnicos han acrecentado una leyenda que va de la excentricidad al ridículo. Miguel Ignomiriello, para provocar el respeto del contrario, hacía salir a sus jugadores al campo con leva, pantalón corto y botines de fútbol. El Toto Lorenzo mejoraba la cintura de los jugadores haciéndolos correr gallinas en los entrenamientos. Pero lo de Miguel Angel Montes, entrenador español, era el colmo. Llevaba a los entrenamientos un perro doberman. Cuando un jugador no cumplía sus instrucciones, allá iba el perro para recriminarlo, azuzado por Montes”.


1954 fue un año pródigo para el fútbol guayaquileño en la aparición de jóvenes figuras que luego fueron estrellas: Rómulo Gómez en 9 de Octubre, Carlos Pineda en Panamá, Tomás Egas en Everest, Jaime Carmelo Galarza en Norteamérica. Junto a ellos, tres jugadores que luego fueron periodistas. Bobby Bermúdez se presentó el 4 de agosto y entró como emergente del arquero Adriano Martínez en Ferroviarios frente a Barcelona, que ganó por goleada. El 23 de octubre, en la revancha, Ferroviarios se reivindicó al empatar a un gol con Barcelona con una actuación sensacional de Bobby que tapó hasta el viento. Sólo fue vencido por un autogol de su compañero Castro al tratar de rechazar un certero cabezazo del impetuoso Simón Cañarte.


Un maestro del periodismo hípico y ex presidente del Barcelona, Silvio Devoto Passano, hizo su presentación en la primera categoría con la divisa oro y grana el 26 de septiembre de 1954 en Portoviejo, frente a la selección de esa ciudad. Barcelona ganó por 4 a 1 con tantos de Sigifredo Chuchuca, el “Mocho” Rodríguez y los juveniles Santiago Perrazo y Ortega, y una gran actuación de Silvio como back central.


El 13 de junio de 1954, en el Estadio Capwell, se jugaron dos partidos amistosos por el XVI aniversario del Everest. Emelec enfrentó a Patria y alineó en su delantera al “Cholo” Jalón, Carlos Romero, el debutante Otón Chávez, mejor jugador juvenil de 1953, Júpiter Miranda y Humberto Suárez Rizzo. El 21 de noviembre del mismo año la selección del Colegio Nacional Vicente Rocafuerte derrotó por 1 a 0 a la del Aguirre Abad, con gran actuación del arquero, el malogrado Santiago Elejalde, y un golazo de Otón Chávez ante habilitación del volante vicentino Jorge Lazo.
(El Universo - Enero 28 de 1990)

No hay comentarios: