miércoles, 14 de octubre de 2009

Unión Deportiva Valdez, campeón hace 37 años

Hace 37 años se proclamó campeón del fútbol del Guayas uno de los equipos que más se recuerdan de los viejos tiempos del Estadio Capwell: Unión Deportiva Valdez. Había sido ya campeón en el Ascenso en 1951 y quinto en el segundo torneo profesional de la Asociación de Fútbol del Guayas en 1952. Para 1953 su propulsor, el Ing. Edmundo Valdez Murillo, llevó al equipo al mejor arquero ecuatoriano de todos los tiempos: Alfredo Bonnard. Con él llegó el entrenador argentino de la selección nacional al Sudamericano de 1953, Gregorio Esperón. Había que reforzar el equipo en todas sus líneas y Esperón pidió a uno de los grandes zagueros extranjeros de todos los tiempos, Eduardo Tano Spandre, quien tenía la misión de alternar con Honorato Gonzabay antes que fuera el inolvidable Mariscal de la suprema elegancia defensiva. José Almeida, ambateño, fue confirmado como emergente de Bonnard. Se inició así el trabajo de Esperón que empezó a dar sus frutos. Leonardo Mondragón fue confirmado como el acompañante perfecto en la zaga junto a Gastón Canilla Navarro. Carlos Serrado se reveló como un jugador versátil en el año de su consagración. Julio Caisaguano fue redondeando una actuación que lo convertiría en un crack en el mediocampo junto a un jovencito milagrero con notoria tendencia al sobrepeso que se adueñó del puesto que en 1952 había sido del argentino Jorge Caruso: Segundo Viteri. Para la delantera Esperón contaba con un jugador cerebral y efectivo como el peruano Jorge Otoya, dos potentes y oportunos artilleros en Fausto Villacís y Francisco Rengifo, aleros hábiles y gambeteadores como Wacho Guerrero, Antonio Alume y Carlos Rivas. A todo esto se agregó la afirmación de un delantero de armado, impetuoso y goleador, como Carlos Altamirano, al que apodaron Titán por su vigoroso empuje, y la realización futbolística de alguien que venía insinuando un gran proyecto de crack: Carlos Cañola, bueno para romper todos los esquemas por su despliegue en el campo, su dribling endemoniado y su oportunismo.

Con ese plantel, al que se sumaron en esporádicas apariciones los argentinos Juan Deleva y Oscar Luís Carrara, ex Río Guayas, Valdez debutó el 21 de junio de 1953, en la iniciación del torneo profesional, ante Barcelona que venía de ganar a Millonarios de Bogotá el 8 de abril y de empatar cuatro días después con Deportivo Cali del Muñeco Coll y Alejandro Mur. Los milagreños alinearon a Bonnard; Gonzabay y Mondragón; Navarro (Jaime Orozco), Serrado y Caisaguano; Antonio Alume, Otoya, Villacís (Cañola), Altamirano y Rivas. Barcelona puso a Jorge Delgado; Carlos Sánchez y Juan Benítez; Galo Solís, Carlos Alume y César Solórzano; José Jiménez (Jorge Rodríguez), Enrique Cantos, Sigifredo Chuchuca, José Pelusa Vargas y Clímaco Cañarte. Fausto Villacís puso el primer gol a los 4 minutos y empató Carlos Alume antes de la conclusión del primer tiempo. Cañola ingresó para la segunda fracción y allí encontró Esperón el arma infalible que le serviría para lograr el título. El pequeño y vivaz esmeraldeño madrugó dos veces a la defensa “torera” para elevar el marcador a los 10 y 12 minutos. Titán colocó el cuarto y Chuchuca descontó para un 4 a 2 sorprendente que se iba a repetir en la segunda vuelta.

Valdez fue líder en la primera y segunda vuelta y así llegó a la rueda decisiva. El 21 de noviembre, en la apertura, le puso cuatro goles al Everest. El 26 llegó al Capwell acompañado de una bulliciosa barra que comandaban Manolín y Gabucho Murillo para medir con Emelec. Bonnard; Spandre y Mondragón; Navarro, Viteri y Caisaguano; Guerrero, Otoya, Rengifo, Altamirano y Alume formaron por los milagreros. Vásquez; Guamán Castillo, Eladio Leiss y Chompi Henríquez; Bolívar Herrera y Ricardo Chinche Rivero; Cristóbal Cholo Jalón, Mariano Larraz, Carlos Romero, Júpiter Miranda y Humberto Suárez alinearon por los “eléctricos”. Antes de los 20 minutos ya ganaba Emelec con goles de Jalón y Herrera. El ansiado título parecía peligrar. En el segundo tiempo se produjo el ingreso de Cañola y una vez más cambió la faz del partido. Un centro del esmeraldeño, cabezazo de Otoya y certero remate de Alume produjeron el primer gol. El incansable Otoya burló a Leiss y venció a Vásquez. Valdez había empatado el encuentro. Cuando faltaban 7 minutos para el final Otoya sorprendió adelantada a la defensa y puso el gol de la victoria.

El 28 de noviembre Valdez se proclamó campeón al empatar a cero con Barcelona. Formaron en ese partido Bonnard; Spandre y Mondragón; Navarro, Viteri (Serrado) y Caisaguano; Guerrero (Cañola), Otoya, Rengifo, Altamirano y Alume. Por los del Astillero estuvieron Delgado; Heráclides Marín y Sánchez; Solís, Alume y Solórzano; Rodríguez, Cantos, Chuchuca, Vargas y Clímaco Cañarte. Fue un bronco partido en el que Valdez demostró una gran disciplina de juego. Cuando se dio el pitazo final que consagraba a Valdez campeón indiscutido de 1953 dos hombres fueron levantados en andas por los jugadores: Edmundo Valdez Murillo y Gregorio Esperón. Veintitrés años después de haberse convertido en Unión Deportiva Valdez llegaba el ansiado título para el que una vez había sido el modesto equipito obrero “Enrique Valdez Concha”.
(Noviembre 25 de 1990)

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